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LA LUCHA TAMBIÉN DEBIERA EXPRESARSE EN VOTOS

Las elecciones del 7 de octubre

CENTRO DE ESTUDIOS DEMOCRACIA, INDEPENDENCIA Y SOBERANÍACEDIS

Publicado: 2018-10-01


LAS ELECCIONES MUNICIPALES Y REGIONALES, UN RETO INELUDIBLE

Los comicios ediles y regionales del domingo 7 de octubre revisten significativa importancia. Tendrán lugar, sin embargo, en un clima marcado de indiferencia y escepticismo, derivado de la falta de confianza ciudadana en un sistema electoral y político que ha defraudado largamente las expectativas de las grandes mayorías. Aunque debiera ser, por su trascendencia, una expresión de la conciencia cívica de los peruanos y de su deseo de participar activamente en las decisiones públicas; eso no ocurre porque el Perú está devorado por la impunidad y la corrupción. Los mismos comicios próximos –sus partidos y sus candidatos- reflejan esa realidad, lo que podría generar un peligroso índice de votos en blanco, viciados y nulos, que hay que procurar atenuar.

Los gobiernos regionales, históricamente se fundan en la necesidad de superar el centralismo agobiante impuesto por una clase opresora que buscó tener en un sólo puño los resortes del Poder para imponer los rasgos esenciales de su política. Y los Municipios –heredados de los viejos Cabildos Virreinales- debieron reflejar la voluntad cívica, orientada a consolidar el desarrollo y fortalecer el progreso. En este nivel, la gestión de Barrantes, fue emblemática

Nada de esto ocurre hoy en nuestra patria donde los comicios de este signo constituyen más bien el indicador del retraso que agobia al movimiento popular. Contra él, los Partidos y sectores conservadores y reaccionarios, se afanan en perpetuar instrumentos que degeneran la vida pública. Usan, para ese fin, los mismos mecanismos de corrupción de los que se valen cuando ejercen posiciones más altas en los distintos Poderes del Estado.

El país, ahora mismo afronta retos que resulta indispensable superar. La Mafia Keiko-Alanista protege la corrupción en sus más encumbrados niveles. Blinda vergonzosamente al Fiscal de la Nación, Pedro Gonzalo Chávarry y al Juez Hinostroza Pariachi, porque ha pactado con ellos para que, encubran y proteja las truhanerías de Keiko Fujimori y Alan García, que ya debieran estar tras las rejas por sus delitos cometidos en perjuicio del Perú y los peruanos.

En este contexto, y en el marco de la crisis aberrante que hoy azota a la República, el movimiento popular debió actuar más unido que nunca. Lamentablemente las distintas corrientes de la izquierda, en lugar de hacer causa común y fortalecer una sola bandera de lucha, han optado –una vez más- por marchar dispersas, divididas y aún, encontradas.

Juntos por el Perú, Frente Amplio, Perú Libertario y el Movimiento de Afirmación Socialista, obligados a marchar unidos, han optado por caminos diferentes y han levantado candidaturas distintas y aún opuestas. Incluso, en el marco de la campaña electoral, han preferido la distancia y el enfrentamiento entre un segmento y otro, en lugar de cultivar lazos de solidaridad y cooperación. Eso hay que atribuirlo a la subsistencia de corrientes electoreras y oportunistas en la conducción de diversos estamentos de la izquierda formal, a la falta de valores y a la carencia de principios, a la ausencia de identidad política y trayectoria de clase, que han abandonado ya desde algunos años. En la mayoría de los líderes de estos movimientos, los reiterados llamados a la “unidad” han resultado falsos y demagógicos y solo han servido para encubrir propuestas y planes divisionistas que tarde o temprano habrán de quedar en evidencia.

Por esa constatación es que mucha gente se orienta por votar en blanco o viciar su voto, o simplemente eludir su obligación ciudadana, y no acudir a las mesas de sufragio; aun a costa de pagar una onerosa multa. Todas esas acciones –aunque comprensibles- no resuelven nada. Al contrario agravan las cosas porque las reglas electorales vigentes hacen que esos votos ausentes, se sumen proporcionalmente a las fuerzas políticas que obtengan las más altas votaciones, por irrisorias que ellas sean. Gracias a esas normas –no hay que olvidarlo- el Fujimorismo, que obtuvo apenas el 23% de los votos en su lista parlamentaria el 2016, alcanzó 73 cupos congresales, de un total de 130, lo que le otorga hoy un poder casi omnímodo.

En estas condiciones, sin más alternativa que persistir en la lucha contra el electorerismo y el oportunismo, que aún campean en la izquierda peruana, el Centro de Estudios “Democracia, Independencia y Soberanía”, llama al electorado capitalino, a votar, el 7 de octubre, por la candidatura de Juntos por el Perú, y a cerrar filas, en el resto del país, con las candidaturas regionales y municipales que hubiesen levantado un aunque fuera discreto programa democrático, participativo y popular; en la idea de acumular fuerza y conciencia para –más adelante- forjar un verdadero movimiento ciudadano

Lima, 2 de octubre del 2018.

Centro de Estudios “Democracia, Independencia y Soberanía”

 


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