Por Marcela Pérez Silva

Ni en el más osado de mis sueños imaginé que el Santo Padre aplaudiría nuestro trabajo. La Misa Campesina Nicaragüense resonó más linda que nunca, en quechua y castellano, frente a la Nunciatura. Nuestros corazones vibraron de amor cantándole al pueblo y al Dios de los Pobres, en las bellas melodías de Carlos Mejía Godoy.

El Papa Francisco se asomó por el balcón y nos dijo: “Los felicito por la música y por el canto. Gracias". E invitó a la multitud que se había congregado frente a su puerta: "Los aplaudimos a ellos que están cantando...”

Cuando pasó frente al escenario yo estiré los brazos ofreciéndole mi abrazo emocionado y mirándome a los ojos me dio la bendición. A mi lado Carlos Mejía Godoy, Leonidas Casas, Magali Luque, Consuelo Jeri y Edith Guerra Ramos, no cabían en su pellejo. El Papa bendijo al Coro Egresados De San Marcos y a los músicos del Ensamble de Instrumentos Tradicionales del Perú de la Escuela de Folklore José María Arguedas (oficial), bendijo el trabajo del personal de la Embajada de Nicaragua, bendijo al pueblo de Nicaragua, a las comunidades eclesiales de base, a los pueblos originarios de América, al Gobierno Sandinista y a todos los que hicieron posible este sueño.

Miembros de la comunidad centroamericana, emocionados, agitaban banderas de Nicaragua. ¡Viva Nicaragua! ¡Viva el Papa! rezábamos al unísono, sin poder creer lo que acabábamos de vivir junto al primer Papa nacido en estas tierras.

Cindy Herrera le hizo llegar al Papa Panchito nuestro disco de la MISA CAMPESINA NICARAGÜENSE, y con él, nuestro amor y nuestra gratitud.

Nunciatura Apostólica

Lima, 20 de enero, 2018