Por CARLOS ORTIZ CORNEJO (*)

Este 14 de enero de 2018 nuestra organización sindical cumple 99 años, con la esperanza de seguir luchando por la centralización y el fortalecimiento del movimiento sindical, de abrir un debate más amplio sobre la unidad ya que ha decaído por varios factores, como la crisis económica, por el avance de la tecnología, por la flexibilización laboral, que en el caso de nuestro país la impuso el dictador Alberto Fujimori y, por la continuación de la política laboral antilaboral en los gobiernos de Alejandro Toledo, Alan Garcia, Ollanta Humala y el de PPK que para sobrevivir como jefe de Estado ha negociado con Kenji Fujimori el indulto de Alberto Fujimori y ha seguido aplicando la política antilaboral, empujando el crecimiento de la informalidad para eliminar el derecho a la seguridad social, a las vacaciones, las gratificaciones manteniendo salarios que no alcanza para una canasta básica.

Nuestro país está viviendo una crisis de grandes proporciones, el caso Odebrecht esta remeciendo a la clase política, así como ocurrió a fines de la década del noventa. Para fortalecer la corrupción no es raro que se haya hecho un simulacro para que en el momento que caiga Keiko Fujimori salga como el nuevo candidato fujimorista, que a falta de palabras, se comunica con figuritas por las redes sociales.

El 14 de enero de 1969 fue un acontecimiento feliz en la vida institucional de nuestra matriz y de sus 10,000 afiliados de ese entonces. Desde los más apartados rincones de nuestro territorio los trabajadores de la industria grafica, levantando en esa lucha la unidad clasista y la reafirmación de su fe proletaria en los altos destinos de la clase trabajadora peruana siempre apuntaba a que se unieran todas las voluntades, todas las fuerzas en un solo frente

Nuestro gremio, estuvo siempre relacionado íntimamente con los afanes de los precursores de nuestra independencia política, las rebeliones de Francisco de Zela, de Túpac Amaru y tantos otros acontecimientos de la vida cívica de nuestro país. Las proclamas de San Martin y Bolívar -multiplicadas por la imprenta y los gráficos que convertían los chibaletes y la prensa en trincheras de libertad- , caen cuan balas disparadas en las conciencias de los peruanos despertándolos del letargo para encontrar el camino a su emancipación. Posteriormente, la imprenta y los gráficos se constituyen en el arma más poderosa para revolucionar otras técnicas y profesiones, así como, para enrumbar los destinos de nuestros pueblos por senderos más promisores.

Las entidades antecesoras a la Federación Gráfica del Perú se remontan al año de 1759, en que bajo la dirección de don Juan H. Echegaray, funcionaba en Lima la “Sociedad Tipográfica”. Según datos publicados por el diario “El Comercio”, se presume que esta entidad gremial y mutualista llegó a alcanzar el centenario poco antes de la Independencia republicana.

Posteriormente, se fundan otras instituciones como la “Sociedad Gutenberg”, “Unión de Tipógrafos”, “Sociedad Tipográfica Confederada”; destacándose esta ultima al formular pliegos de reclamos con un contenido altruista, que tarde habrían de servir de ejemplo para la continuación de las luchas por mejores condiciones de vida y de trabajo.

El año de 1918 significa para el Perú lo que en 1869 significo para los Estados Unidos de Norte América cuando se fundó la “Liga de las ocho horas”. Es cierto, que nuestros relojes históricos marcan una diferencia de 50 años, sin embargo, la sustentación visionaria es digna de remarcarse.

Durante una Convención realizada ese año con la participación de trabajadores zapateros, panaderos, ferroviarios, portuarios, mineros, de construcción civil, campesinos, sastres, motoristas y conductores, hoteleros que contaban con sus organizaciones; además, con los trabajadores de los gremios gráficos, textiles y choferes -cuyas entidades estaban ya en proceso de organización- se acuerda un pliego de reclamos de ocho puntos, convergentes todos alrededor de los problemas fundamentales que atenazaban a los trabajadores. Este pliego de reclamos erigido en estandarte y motivo de lucha, comandado por Gutarra, Lévano, Fonken, Álvarez y tantos otros trabajadores olvidados, plantean como cuestión esencial, la conquista de las ocho horas como jornada legal. Es precisamente, en esta inolvidable gesta donde surgen los pioneros de la organización sindical grafica donde aparece Oswaldo J. Álvarez, precursor en 1918 y fundador de la Federación Gráfica del Perú en 1919.

El 14 de enero de 1919 fue un día decisivo ya que en las primeras horas el Gobierno decreto la Ley Marcial y la aplica en todo su vigor y ferocidad pero ello no amilanó a los gráficos que habían proseguido sus reuniones clandestinas y, justamente ese día en el Callejón de Petateros -hoy pasaje Olaya- en una baulería cuyo dueño le había cedido su local al c. Álvarez, se reunieron los delegados de los talleres de Colville, Fabbri, Newton, Scheuch, Gil, Sanmarti, Acevedo, La Opinión Nacional, El Lucero y representantes de otras pequeñas imprentas y acuerdan fundar la Federación Gráfica del Perú, proseguir la huelga decretada y, posteriormente, elaborar sus Estatutos y Declaración de Principios.

Muchos compañeros han pasado por las filas del gremio gráfico como Jose Rojas, fundador de la FGP, uno de los firmantes de la histórica Acta de Fundación; Toribio Sierra, pionero del sindicalismo gráfico en 1918 fue el primer Secretario General de la FGP y primer Director del Diario “El Obrero Gráfico” en 1919. Uno de los más destacados y brillantes dirigentes de nuestro gremio. Humberto Ibáñez, primer Presidente de la FGP que juramentara el 17 de noviembre de 1919. Activo dirigente de destacada figuración en las actividades del gremio; Jose Benites, que después de 22 años en el extranjero se incorpora a la FGP y en 1955 fue electo Secretario General del primer Congreso Grafico.

La FGP desde sus posiciones principistas y de clase respaldo e impulso el Proceso de Integración Andino desde el Consejo Consultivo Laboral Andino donde la CGTP tenía representación, habiendo manifestado desde ese importante instrumento del movimiento sindical andino que: “Entendemos la integración como un movimiento histórico orientado hacia la consolidación de la unidad, soberanía y autodeterminación de los pueblos, que trasciende los aspectos estrictamente económicos para constituirse en una empresa múltiple que permita sumar esfuerzos en materia de educación, ciencia y cultura, otorgándoles de esta forma una significación social que transforma el proceso en un hecho y objetivo esencialmente político”.

La nueva tecnología ha dejado a miles de trabajadores gráficos en la calle y muchos sindicatos han desaparecido y han debilitado la estructura de la FGP que cuenta con muy pocos sindicatos con poca afiliación y casi no quedan líderes históricos que defendieron el sindicalismo de clase y dieron renombre a la Federación Gráfica del Perú. A nadie le importa la situación de un dirigente sindical una vez que sale, como fue el caso del c. Jorge Rabines Bartra, tres veces Secretario General de la FGP. Los nuevos dirigentes sindicales ni siquiera tienen una idea de su trayectoria en la FGP, solo recibió críticas de su trabajo al frente de una organización identificada con el movimiento sindical de clase, solidaria con la lucha de los trabajadores, pero eso que importa en estos momentos donde se ha perdido los valores que tenía el movimiento sindical, pero ahora vemos que muchas veces se construyen organizaciones de amigos, para continuar en la FGP y la CGTP.

(*) Ex Secretario General de la FGP