Prensa Latina

Por Fausto Triana

Santiago de Chile, 20 nov (PL)

Sin moverse de su asiento aunque seguramente muy activo con el teléfono, el senador independiente Alejandro Guillier, candidato de centroizquierda, recibió apoyos de cara al balotaje de las presidenciales en Chile.

Tal vez las maniobras en el ambiente, de cara a la segunda vuelta de los comicios el 17 de diciembre, hicieron recomendable a Guillier no enfrentar todavía a los medios de comunicación, algo que sí hizo su rival de derecha Sebastián Piñera.

La también senadora y fracasada aspirante por la Democracia Cristiana (DC), Carolina Goic, renunció hoy al máximo cargo pero al mismo tiempo extendió su espaldarazo a Guillier, una consigna de poca claridad en estos momentos.

Goic asumió la responsabilidad de su baja votación (poco más del cinco por ciento y en quinto lugar de los sufragios), además del mea culpa también por la pérdida de escaños parlamentarios de su partido en las elecciones paralelas de ayer.

'Se arrastró a la DC a su peor resultado electoral en décadas y a un camino propio que terminó en un callejón sin salida. Necesitamos otra dirección política y eso no está detrás de Carolina Goic', aseguró a la prensa el diputado Gabriel Silber.

Silber y Ximena Rincón, otra senadora ratificada en esta condición y ex ministra del Gobierno de Michelle Bachelet, no escatimaron críticas como parte de la disidencia de la DC contra Goic y le exigieron su dimisión.

Visiblemente conmocionada, la hasta hoy líder de la DC dijo que da un paso al costado para permitir un análisis objetivo y profundo de la debacle de la organización.

'Hoy es Guillier quien debe liderar la tarea que se la ha encomendado, será su responsabilidad conducir este proceso con todos aquellos que queremos seguir avanzando en el desarrollo que requiere nuestro país', afirmó la senadora.

Goic, el propio Silver y Rincón se pronunciaron por el respaldo al candidato del núcleo de la coalición en el poder Nueva Mayoría, de la cual se distanció la DC para las elecciones y pagó factura.

Sin embargo, un segmento de los democristianos se sitúan más a la derecha y no quieren contubernios con la Nueva Mayoría por considerar que se ha ido más a la izquierda por culpa del Partido Comunista.

Guillier contará con los adherentes de Marco Enríquez-Ominami (Partido Progresista), quien alcanzó poco más del cinco por ciento de los votos.

Pero para presentarse verdaderamente competitivo contra Piñera, requerirá cuando menos del favor del Frente Amplio, la agrupación de pequeños partidos y movimientos que dio la sorpresa al conseguir 21 parlamentarios.

Al mismo tiempo, la figura de Beatriz Sánchez, su carta en las presidenciales, creció contra todos los pronósticos y quedó tercera con 20,27.

Restan menos de 28 días, y el espacio para las negociaciones de los finalistas presidenciables es reducido. Piñera ya cuenta con la cosecha del aspirante ultraderechista José Antonio Kast (casi ocho por ciento). Sin embargo, tampoco le basta. Sus apuestas apuntan a los desencantados de la DC y de otros sectores.

La clave de Guillier tiene un sólo nombre, Frente Amplio.

rc/ft