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el papel de la mujer  es vital en nuestrio tiempo

AIDA GARCIA NARANJO. EL PAPEL DE LA MUJER ES LUCHAR

Publicado: 2017-03-15


La exministra de la Mujer Aída García Naranjo dialogó con Otra Mirada TV, con motivo del reciente Día de la Mujer, sobre los derechos de las mujeres y su lucha por hacerlos respetar y contra la exclusión de la que todavía son víctimas, sobre todo en la política. Indica que se han superando algunas taras, pero que todavía faltan muchas cosas.

—¿Qué le pareció la jornada movilizadora que tuvo este año el 8 de marzo, en el Perú y en todo el mundo.

—En primer lugar, una felicitación a Otra Mirada, es un gusto que efectivamente no solo recordemos el 8 de marzo, recordemos que las mujeres también hemos hecho de esta jornada una nueva jornada movilizadora. El Perú entero se movilizó en relación al 8 de marzo y por supuesto el mundo entero, así que es un gusto estar acá.

—Se ha recuperado un poco la conciencia de que el 8 de marzo no necesariamente es un día de celebración, sino más bien es un día de lucha

—Claro que sí. Estuve en la audiencia pública del Congreso y una pregunta reiterada fue ¿por qué un día para la mujer? y no se nos ocurre preguntar por qué el 1 de mayo, por qué el 24 de junio, por qué un día para el obrero, por qué un día para el campesino. Lo que tenemos, pues, son fechas símbolo, el 8 de marzo es, efectivamente, fecha símbolo que nos sirve para reflexionar sobre la situación de las mujeres porque la brecha existe, la inequidad existe, la desigualdad existe y esto es lo que nos recuerda el 8 de marzo como un jornada de lucha y, efectivamente, los 365 días son de lucha y no de conmemoración. Ese es el sentido.

—Hay informes que señalan que existen una brecha laboral, existe una brecha salarial. Aparentemente hay mayor posibilidad de acceso del trabajo de las mujeres hacia el tema laboral. ¿Hay un mayor acceso de las mujeres?, ¿no existe?, ¿cuáles son las cifras que, de alguna manera, se vienen manejando?

—Permíteme hacer una pequeña introducción. El enfoque con el que hay que abordar la problemática de las brechas de género en general, tiene que ser un enfoque integral y eso implica la autonomía económica, la autonomía política, la toma de decisiones, la autonomía física y la defensa de la vida. Hoy día nos queremos concentrar en lo laboral, que indudablemente es fundamental, pero los derechos son indivisibles, son interdependientes, no podemos hablar de lo laboral sin hablar de educación. Te pongo un ejemplo, el 23 de febrero de 1822, con José de San Martín, se da el decreto supremo para que las niñas ingresen a la escuela primaria y su educación quede a cargo de los conventos de Lima; sin embargo, dos siglos después, el analfabetismo no está erradicado en el Perú, veamos cómo es la situación de Huancavelica, de Apurímac y Ayacucho, esto va a incidir en la brecha laboral, por eso me refiero a que son interdependientes, son indesligables, pero concretémonos en lo laboral.

Se habla de un promedio nacional de un salario de 1300 soles; sin embargo, los promedios siempre son engañosos, lo he dicho muchas veces. Mientras que un hombre gana 100 soles, una mujer gana 71, ahí tienes una brecha laboral a lo cual se va a sumar esa sobrecarga laboral no remunerada en el espacio doméstico.

Cuando hablamos de igualdad tiene que ver con que hay desigualdad, con que hay brechas subsistentes y cómo esta situación en el ámbito laboral es dolorosa pese a que en estos momentos hay más de siete millones de mujeres en la población económicamente activa.

La lucha por derechos continúa. Pelean contra el acoso político.

La lucha por derechos continúa. Pelean contra el acoso político.

LA MUJER Y LA POLÍTICA

—Hablemos ahora de la participación política de la mujer. Uno revisa el Gabinete Ministerial de Pedro Pablo Kuczynki y ve por lo menos que unas cinco o seis mujeres están dentro; en el Ministerio de la Mujer y el Ministerio de Desarrollo de Inclusión Social y otras que aparecen en otras carteras. Hay un grupo de congresistas, también mujeres, hay una liga parlamentaria también de mujeres; y si uno revisa las cifras de gobiernos regionales y de alcaldías estas cifras, prácticamente, ha disminuido y, en algunos casos, desaparecido. No hay una cantidad adecuada de mujeres en estos cargos. ¿Cómo ha ido avanzando este tema de la participación política de la mujer, de la lucha por los derechos de la participación política de la mujer?

—Yo creo que ha habido avances significativos. Cuando recién se eligen mujeres en 1956, con la ley que se promulga en 1955, el siete de setiembre, fueron electas ocho mujeres. Hoy tenemos 36 en el Congreso; sin embargo, todo ello está por debajo de la cuota de género. Si analizamos el tema de los gobiernos regionales, cuando se crea el proceso de descentralización actual que es el más importante producido en la República, en el 2002 teníamos cuatro presidentas regionales mujeres, las teníamos en Tumbes, en Huánuco, en Moquegua y en Apurímac, reemplazando a los presidentes que fueron vacados, hoy tenemos una que es Yamila Osorio que es la representante de Arequipa.

—¿Y en otros niveles?

—En el caso de las alcaldesas provinciales es más grave aún, se habla de un promedio nacional de 3% que ya es bajísimo, sin embargo llegamos a tener 5% por lo tanto, no solamente a nivel regional esto es regresivo de 16 a 4; sino a nivel provincial de 5% a 3% y en el nivel distrital, indudablemente también estamos ante una situación regresiva, hemos pasado de un promedio de 4% a un promedio de 2.9% de alcaldesa distritales; podríamos dar datos absolutamente exactos diciendo que en estos momentos el Perú tiene, de 1600 alcaldías distritales, solamente 48 alcaldesas distritales; y de alcaldesas provinciales, tenemos seis alcaldesas provinciales, antiguamente se tenía nueve, por eso hablamos de que el conjuntos de las cifras son regresivas.

—¿Cuáles no son regresivas?

—Las de las regidoras, hemos pasado del 24%, al 25% y al 29% sucesivamente, todas por debajo de la cuota de género, lo cual nos dice que hay mayor poder, en el alto cargo de poderes: a mayor poder, menos mujeres. Las mujeres están en la base de la pirámide, mas no en la cúspide en donde está la toma de poder. Entonces el tema de participación política no tiene que ver con participación referente a un verbo “yo participo, tú participa, ella participa, nosotros participamos y ellos deciden”; es decir, no estás en la toma de decisiones y lo que se aspiraba, desde Beijing era tener la mitad del cielo, la mitad del poder y la mitad de la tierra, ese era el ideal que organizan las mujeres desde el año 95, entonces se ha participado eternamente, la vida entera, los siglos enteros, la cuota ha sido el disparador de un facilitador y vamos a concluir con una cosa: “La cuota ha llegado a su límite”.

—¿Qué es la paridad, la alternancia?

—En ninguno de los estratos han alcanzado un espacio significativo en la toma de decisiones en los altos cargos, eso nos lleva a que no solamente hagamos el balance de que se acabó la cuota, tampoco a que haya sido un disparador positivo porque cuando se pasa de ocho a 36 estamos hablando de un disparador positivo, sino que se agotó, necesitamos una nueva estrategia, por eso planteamos la paridad, la alternancia; es decir, no solo la paridad 50 50, ojo hay que tener mucho cuidado porque ese 50, al final, puede quedar relegado al final de la lista.

Es más importante que esto sea integral, en este contexto de reforma electoral esto tiene que ser integral; es decir, una mujer, un varón, o si la lista empieza con un varón, un varón, una mujer; es decir, esto es lo significativo del cambio de estrategia del cambio que necesitamos en este periodo.

—Ahora, también hay mucho que ver con el tema de cómo es que se mira a las mujeres que intentan postular a estos cargos públicos, y a las que llegan de qué manera se las “evalúa” en la sociedad. Es mucho más fácil, aparentemente, criticar y demoler a una mujer en un cargo público que demoler a un varón en un cargo público, se ha visto con Susana Villarán, se ve ahora con la ministra de Educación. Ese tipo de cosas que pasan desde la soltería o no de la mujer, hasta el tema de si tiene o no tiene hijos.

—Sí, hemos sido las mujeres parte del linchamiento mediático; indudablemente se considera que el espacio público de la política es masculino, es por ello que el 97% de las autoridades son masculinas, en un promedio nacional un 3% son femeninas. Sigue siendo un espacio que aún no podemos romper, esos techos de cristal que parecieran que no se ven.

El Perú tiene más de mil normas en materia de género, desde los inicios de la República. Indudablemente es más difícil ser mujer, es más difícil insertarse en la política porque hay un estereotipo, es decir, “la mujer a la casa, el hombre a la calle”, pareciera ser que estamos regresando a los siglos anteriores en donde el espacio privado es para las mujeres y el espacio público es para los varones.

A la mujer se le pregunta, pues, si tiene marido, si es casada, si es divorciada, cómo se viste, cómo están los niños en la casa y a los hombres, efectivamente, no se les ocurre preguntar sobre su vida familiar. Hay, definitivamente, acoso sexual, hay acoso político, no es por gusto que las mujeres están planteando las leyes contra el acoso político a las mujeres, e indudablemente tiene que ver con esa estigmatización de que el espacio público, la política y la conducción del país no debe estar en manos nuestras.

LA OTRA PELEA

A igual trabajo, misma remuneración

—Hay una cifra que maneja la Organización Internacional del Trabajo. Señala que la mitad de las mujeres en edad laboral tiene empleo, mientras que la proporción sube a 76 para los hombres, el Banco Mundial ha señalado que las mujeres ganan, y tiene que ver con lo que usted ha dicho, un promedio del 60% a 70% de lo que ganan los varones. ¿Esto a qué se debe? a falta de políticas, a falta de conciencias por parte del empresariado. ¿A qué se debe esta situación?

—A políticas públicas que no se cumplen, desde el año 2001 tenemos, nosotros, normas en el Congreso y en comisiones, en particular en la Comisión de Trabajo del Parlamento de la República, planteando igual remuneración para igual trabajo, esto no se cumple, entonces lo primero es que tenemos un Estado que incumple su propia normatividad, yo he escuchado nuevamente la agenda de trabajo, es una oferta en todas las plataformas electorales y lo escucho desde el millón de empleos de Belaunde que nunca se cumplió. En el trabajo rural y en el trabajo urbano de Toledo, pagaban entre 300 soles y 330; es decir, por debajo del salario mínimo. Luego efectivamente en el caso García tuvimos el PAIT (Programa de Apoyo al Ingreso temporal), todos programas a los ingresos temporales, en donde se les asigna a las mujeres y así sucesivamente.

Hay una fuerte responsabilidad del Estado, por lo tanto hay incumplimiento de normas, hay una entrega a las mujeres, un asignar a las mujeres empleos de mayor precariedad, estamos hablando de que en estos momentos el 78% de las mujeres está en la informalidad, al estar en la informalidad estos salarios son menores porque no tienen CTS, no tienen vacaciones, no asignan descanso, no tienen el conjunto de los beneficios, las mujeres están en ese segmento más que los hombres, de allí que podemos observar que es mayor el salario de los varones y menor el de las mujeres, en tanto ellas, en la informalidad, no se ubican en el promedio nacional.

ALGO MÁS

A la mujer se le pregunta si tiene marido, si es casada, si es divorciada, cómo se viste, cómo están los niños en la casa; y, a los hombres, efectivamente, no se les ocurre preguntar sobre su vida familiar. Hay, definitivamente, acoso sexual, hay acoso político.


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