El Perú atraviesa la etapa más aguda de la sociedad capitalista. La crisis, es total y, como el cáncer, ha hecho metástasis en todo el cuerpo social. Corroe la base misma de la dominación, y se expresa en todos los niveles del escenario nacional:. Crisis de gestión gubernativa, de manejo parlamentario; crisis en el Poder Judicial, en las Universidades, los gobiernos regionales, los municipios, las instituciones públicas, los medios de comunicación, y hasta el Poder Eclesiástico corroído por una Jerarquía envilecida. Esa crisis se expresa hoy en una corrupción desenfrenada de la que son responsables, en mayor o menos medida, todos los que detentan posiciones de Poder. 

Esa crisis es consustancial al sistema capitalista, y, más precisamente al “modelo” neoliberal puesto en marcha en el país por sucesivos gobiernos al servicio del Imperio y el Gran Capital. Ahora, cogidos con las manos en la masa, y puestos en evidencia ante el mundo, sus voceros buscan que confundir a las masas atribuyendo la corrupción a “todos”, como si todos los peruanos, fuéramos culpables de lo que ocurre.

Principal responsable de la corrupción y la impunidad que corroe la base misma de la sociedad peruana, es la MAFIA, que se expresa en la alianza siniestra tejida entre el cogollo alanista del APRA, y el fujimorismo; que busca apoderarse nuevamente del país a cualquier precio. Ellos –cumpliendo las órdenes del Fondo Monetario y el Capital Financiero- trajeron al Perú consorcios, a espaldas de los peruanos, como ha quedado demostrado. En la sombra, Odebrecht y otros, operaron con la complicidad de Fujimori, Toledo, García y Humala, construyendo fortunas y traicionando aviesamente a los peruanos.

Ante los hechos, el pueblo tiene el deber de actuar. Es indispensable unirse, organizarse, tomar conciencia de la realidad y promover y alentar la lucha exigiendo drástica sanción para todos los culpables. Nadie debe quedar impune. Ni corruptos, ni corruptores como Odebrecht y Graña y Montero

Con la lucha, el pueblo debe construir un Orden nuevo, más humano y más justo. Un Estado distinto. Y distante de la estructura corrupta que ahora nos agobia. Pero eso será exclusivo resultado de la lucha valerosa y consecuente del propio pueblo. No queremos una “salida burguesa” a la crisis. Nos pueden ofertar “nuevas elecciones” con los mismos actores que hoy copan ese escenario; o un “Golpe de Estado” que paralice a las masas por medio del terror; o un “gobierno de emergencia” construido por la clase dominante a su medida. Lo hará Hernando de Soto, Aldo M., o cualquiera de sus corifeos. Por cualquiera de esas vías, la Mafia pretenderá perpetuarse en el Poder. La salida es otra: el camino independiente, y revolucionario, que pueda forjar el pueblo de Túpac Amaru, José Carlos Mariátegui; y Juan Velasco Alvarado.

A falta de “Vanguardia”, el pueblo mismo construirá su ruta. Desde la base de la sociedad, como en Conga, Tía María, las Bambas y Puente Piedra; haciendo su propia experiencia de lucha, y templando su historia. La realidad, ha demostrado que eso, es posible. Construyendo la unidad “desde abajo”, sin ilusiones electorales ni cantos de sirena; con conciencia plena, y confianza en su propia fuerza, el pueblo será capaz de grandes epopeyas.

Haciendo camino al andar, acumulando fuerza para triunfar, uniendo a todos bajo banderas legítimas, consolidando sus propias organizaciones de clase, politizando sus luchas y alentando sus acciones; vencerá para construir, como quería Mariátegui “UN PERÚ NUEVO, DENTRO DE UN MUNDO NUEVO”

Lima, 12 de febrero del 2017

El Colectivo de Dirección de CEDIS