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PATRIA ROJA Y LA IZQUIERDA PERUANA

Publicado: 2016-09-27


Por LUIS GÁRATE  S.

Tomado de "Jornal de Arequipa"

La situación de los comunistas de Patria Roja en este periodo que se inicia con el gobierno de Pedro Pablo Kuczynsky, debe ser materia de análisis. No solo coyuntural, sino sobre una seria evaluación de la correlación política, económica y social del país, es decir analizando la lucha y correlación de clases sociales del Perú.

Hay que decir que el escenario de acción partidario se ve marcado por dos fenómenos: por un lado la consolidación de un bloque de derechas, expresado en un lado más liberal por PPK y su equipo, así como un serio proceso de regresión conservadora expresado en el crecimiento del fujimorismo.

El segundo fenómeno es la configuración de nuevos sujetos de las izquierdas y el campo popular, que se ha condensado centralmente en la figura de Verónika Mendoza y el Frente Amplio.

Serias dificultades generadas por el proceso de construcción del FA – que ahora vemos aflorar a la opinión pública- así como algunas decisiones erróneas respecto a cómo construir un bloque propio, están llevando al partido a una situación de marginalidad política.

A eso debemos de sumarle la aparición de otro fenómeno por el flanco izquierdo: Mas Democracia, que es el nuevo referente político de Gregorio Santos Guerrero, quien fuera militante del partido y presidente regional reelecto en la región Cajamarca.

Verónika y el FA

Sin duda el espacio oficial de la izquierda – para términos concretos en los medios y el parlamento- ha sido llenado en buena medida por el Frente Amplio y su posicionamiento a razón de varios factores. Por un lado el hecho de que la población estaba buscando un referente de cambio, que tuviera un discurso progresista. Ese era un escenario cubierto en alguna medida por Julio Guzmán, cuya candidatura se cayó junto a la de César Acuña, al ser observadas por el JNE.

Es en este escenario que la figura renovada y carismática de Verónika aparece como una alternativa y subió rápidamente en las preferencias electorales, hasta llegar a una situación expectante que casi le permitió pasar a la segunda vuelta.

Verónika es claramente un liderazgo en construcción, ha crecido en discurso y madurez tras su paso como congresista a una candidata que rebasó todas las expectativas. Sin embargo ahora se ve enfrentada al gran reto de consolidarse como lideresa de un frente que, se ve su unidad seriamente amenazada por las tensiones propias de la construcción del único partido con inscripción electoral en el frente, Tierra y Libertad.

Goyo y el “voto rebelde”

Gregorio Santos es una indudable figura política, con fuerte arraigo social y voluntad de poder. Fue formado en la filas de Patria Roja, vinculado estrechamente al movimiento magisterial, así como a las rondas campesinas.

Goyo, como es conocido popularmente en la región, construyó su liderazgo desde el movimiento social y después de varios intentos logró la presidencia regional. Tras el conflicto con la minera Yanacocha por las lagunas de Conga, saltó a la palestra nacional, desde donde empezó una carrera por proyectar su candidatura presidencial.

Su gran carisma y su personalidad férrea le permitieron agrupar a cada vez más seguidores y construyendo su referente electoral regional, el MAS, que ha asentado buena parte de su adherencia en las filas campesinas de una región agraria por excelencia.

El discurso de Goyo se ha construido desde el regionalismo, como una “izquierda de base” en contraposición a la izquierda “burocrática, limeña y caviar”. Es desde este discurso que ha buscado construir desde Cajamarca un nuevo referente político, y una candidatura presidencial que finalmente lo llevo a ser separado de su partido matriz.

Es así que Goyo logró finalmente y luego de varios otros intentos fallidos, alcanzar una alianza con el partido Democracia Directa de los fonavistas, liderado por Andrés Alcántara. Esta alianza casi le permite colocar parlamentarios por su región, y creó expectativas en la región Puno, por su alianza con empresarios locales. Sin embargo aún no cuenta con una influencia a nivel nacional.

Los riesgos de este nuevo proyecto político es el evidente caudillismo de Goyo, que -como se demuestra en la historia- puede jugarle una mala pasada cuando se tiende a la concentración de las decisiones y orientaciones en una sola persona. Asimismo la pretensión de ser un polo radical desde un discurso regionalista puede tener eco en ciertas localidades, pero hasta cierto límite, pues este no contempla a los sectores urbanos que son mayoritarios en el país. Otro elemento es precariedad de la alianza con el partido fonavista de Alcántara, que en el pasado reciente ha demostrado ser una fuerza pragmática y oportunista.

El partido frente a los nuevos retos

Una de las conclusiones que puedo extraer después de haber participado del Encuentro de Partidos Comunistas y Revolucionarios de América Latina y el Caribe en Lima, es que los partidos comunistas no están a la vanguardia de los procesos de cambio, porque si bien es cierto tienen sesudas lecturas de sus procesos nacionales, no cuentan ni con la renovación de discursos y formas, ni con liderazgos renovados carismáticos capaces de disputar en los procesos electorales.

Patria Roja no está fuera de parte de este diagnóstico. Somos un partido con presencia nacional y con solidez ideológica, que tiene presencia en sectores sociales, como el magisterio y el estudiantado. Sin embargo nuestra estructura es bastante rígida y no hemos sabido hasta ahora participar con solvencia en las lides electorales nacionales, salvo por eventuales candidaturas congresales y victorias regionales y locales fugaces.

Si a eso le añadimos la imagen que ha calado en amplios sectores de la población debido a las campañas derechistas de mezclar el comunismo con el senderismo terrorista, el diagnostico se complejiza. Nuestra lectura de las clases sociales del Perú de hoy debe profundizarse, debe ser interdisciplinaria. Ya no contamos con la clase obrera de antaño, hay nuevos sectores del proletariado; del empresariado “emprendedor” que forman una suerte de pequeña burguesía “emergente”; de sectores lumpenizados a través de economías informales, de amplias capas juveniles universitarias y otros tantos que no estudian e incluso no trabajan. El Perú ahora es un país con mucha mayor capacidad de consumo, con más peruanos con acceso al sistema crediticio, y con mucho más gente interconectada y metida en el mundo virtual y en los smartphones. Esto requiere por lo tanto de una lectura audaz, así como de medidas audaces para salir de ese atolladero. Un partido renovado, no solo el discurso sino también en prácticas y liderazgos, es la única manera de afrontar los retos de este nuevo país.

Creo que Patria Roja tiene el inmenso valor de haber mantenido su estructura y su presencia política, a pesar de todas las adversidades. Pero eso no es suficiente para ser factor de cambio y alternativa de gobierno y poder.

Algunos de los otros retos que se nos presenta es que hacer con el referente del Movimiento de Afirmación Social –MAS, si este podrá jugar realmente un rol como articulador del gran frente de izquierdas que requiere el país, o este deberá subsumirse un referente mayor donde el parido juegue un rol más protagónico. Asimismo se plantea la reunificación con el partido Comunista Peruano, lo que abre grandes expectativas en la militancia comunista y relanzaría un referente al país. Sin embargo aún falta superar sectarismo del pasado, así como discutir seriamente como se trabajarán las áreas de influencia social de ambos partidos.

Por el reto principal sigue siendo la adaptación a los nuevos tiempos. Si queremos dar pasos concretos, debemos también asumir con mucha más audacia los cambios, y adaptarnos de manera mucho más creativa para empezar a romper los esquemas impuestos por las clases dominantes. Eso no quiere decir que nos volvamos una maquina electoral, pero sí que entendamos que si no trabajamos una línea seria en el sentido de la renovación política para el siglo XXI, seguiremos rumbo a ser un partido testimonial que sirva de bisagra para las alianzas de unos y otros, o que termine de soporte para las candidaturas de terceros.

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