PARAGUAY: UN "CONDOR" ES EL CANCILLER
Por Patricio Montesinos
Las continuas agresiones de Paraguay contra Venezuela y el Mercado
Común del Sur (MERCOSUR) tienen una explicación bien sencilla: el
actual Ministro de Relaciones Exteriores de Asunción fue participe de
la cruenta “Operación Cóndor” que regímenes dictatoriales ejecutaron
en Latinoamérica por orden de Estados Unidos en las décadas de los
años 70 y 80 de la pasada centuria.
El canciller Eladio Loizaga posee un voluminoso expediente sobre su
implicación en ese plan maquiavélico y sanguinario fabricado y
financiado por Washington, y que las oligarquías conservadoras de
nuestra región aplicaron con rigor, especialmente en Sudamérica, para
detener el empuje de los movimientos y procesos revolucionarios de
entonces.
Solo para adelantar algunos datos acerca de Loizaga, porque otros
saldrán a la luz en su momento, el ahora jefe de la diplomacia
paraguaya inició su carrera como funcionario de relaciones
internacionales durante la prolongada dictadura que imperó en su país
en las últimas décadas del siglo XX.
Fue secretario del expresidente Andrés Rodríguez y uno de los
principales promotores de la elaboración del “Acta Preparatoria del
XII Congreso Anticomunista Latinoamericano”, celebrado en 1979.
También “resaltó” por ser un miembro activo de la “Liga
Anticomunista”, avales que evidentemente lo catapultaron a ocupar
hoy el cargo de jefe de la cartera de exteriores de Paraguay,
promocionado de seguro por organizaciones encubiertas de Estados
Unidos que operan nuevamente con total impunidad en varias naciones de
la Patria Grande.
Recordemos que el actual presidente paraguayo Horacio Cartes llegó al
poder luego de un golpe de Estado al exmandatario progresista Fernando
Lugo, que ahora muchos denominan “golpe blando” pero que prefiero
llamar “reciclado”, similar al que se gesta desde hace meses en Brasil
contra Dilma Rousseff, con la complicidad y monitoreo directo de
Washington.
El Pentágono y la Casa Blanca tienen en Cartes uno de sus nuevos
monigotes, como Mauricio Macri, en Argentina, y Michel Temer, en
Brasil, quienes actúan como puntas de lanzas para asediar a la
Revolución Bolivariana y Chavista de Venezuela, a los gobiernos y
pueblos progresistas de Nuestra América, y además demoler a las
organizaciones integracionistas regionales, entre ellas MERCOSUR,
la Unión de Naciones del Sur (UNASUR) y la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Paraguay y su Canciller “Buitre” es uno de los principales ejecutores
de una nueva “Operación Cóndor” de Washington, por supuesto adaptada
al siglo XXI, pero que poco se diferencia de la materializada en la
pasada centuria.
El objetivo de ese plan es el mismo que el de aquella época: debilitar
e impedir que las fuerzas de izquierda lleven las riendas de los
países latinoamericanos, eliminar todo vestigio de cooperación y
desarrollo en favor de los pueblos, y subordinar otra vez a la Patria
Grande, en detrimento de su soberanía e independencia, a los intereses
de Estados Unidos.
Es como si la historia procurara repetirse con el propósito más que
evidente del Imperio de recuperar, a cualquier precio, su dominio al
sur del Río Bravo.