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el fujimorismo es uno solo y nadie lo divide

NO ESCUADRÓN SUICIDA

Análisis de la coyuntura electoral peruana

Publicado: 2016-05-01

DIARIO UNO

VÍCTOR HURTADO OVIEDO

El Escuadrón Suicida ronda por las redes sociales. Apenas conocidos los resultados de las elecciones, algunos simpatizantes del Frente Amplio comenzaron a difundir la idea de emitir el voto viciado en la segunda vuelta. Sin embargo, días después, otros militantes y periodistas demostraron que la abstención y el voto nulo favorecerán al partido ya ganador: la fujimafia keikoimera. Solamente queda una posibilidad realista: votar por Kuczynski.

Más que méritos, lo que favorece a PPK es la falta de algunos defectos. En primer lugar, PPK no es un asesino; no organizará escuadrones de la muerte, como sí hizo el gobierno del trío Alberto Fujimori-Keiko Fujimori-Vladimiro Montesinos, y como haría la Keikoimera.

Aunque es un representante de la derecha económica, PPK es un político de formas democráticas al estilo estadounidense: no secuestrará gente, no pondrá bombas a los líderes de la izquierda, no traficará con drogas, no sobornará jueces, no comprará jefes militares, no destruirá universidades, no amenazará periodistas, no fabricará periódicos, no coimeará a canales de televisión, etcétera. Bien sabemos que todo esto –y más –fueron especialidades de la mafia.

En suma, PPK –y no la Keikoimera– garantizará que la gente y la izquierda puedan hacer política sin temor a que el Doc y sus muchachos los visiten a la medianoche: y esto es bastante para llegar vivos a las siguientes elecciones con posibilidades de organizar mejor al Frente Amplio. Por otra parte, es posible que, harto de la mafia, PPK disuelva el Congreso aplicando el artículo 134.º de la Constitución, tras lo cual se convocaría a nuevas elecciones parlamentarias.

Alguna gente no ha pensado en esos elementos y persiste en su consigna infantil de que no votará a PPK “por principio”. Esto revela una preocupante ingenuidad, pero también la ignorancia de la historia. Veamos algunos casos.

APRENDER DE LA HISTORIA

En el año 2014, Juan Manuel Santos ganó la segunda vuelta electoral en Colombia y fue reelegido con el apoyo de los partidos de la izquierda porque Santos ofreció continuar los diálogos de paz con las FARC, y ha cumplido. Su oponente electoral fue un títere del filofascista Álvaro Uribe, el gran perdedor.

En el 2002, toda la izquierda francesa votó por el derechista –y corrupto– Jacques Chirac para que no ganase el fascista Jean-Marie Le Pen en la segunda vuelta presidencial. Muchos se presentaron a votar con ganchos de ropa en la nariz para manifestar que sufragaban con las narices tapadas. ¿Votó la izquierda francesa contra sus principios? No; lo hizo para evitar el triunfo de un partido fascista que habría asesinado las libertades.

En 1964, la izquierda estadounidense votó por Lyndon Johnson –un defensor de la guerra de Vietnam– para que no ganase Barry Goldwater, el candidato presidencial republicano, engendro de racismo y fascismo con diversos toques de estupidez. ¿Votó la izquierda estadounidense contra sus principios? No; lo hizo para sobrevivir y para evitar la guerra atómica.

Hay casos más remotos, no electorales. En 1937, en China, el Partido Comunista y el Partido Nacionalista (de derecha) suspendieron su guerra civil para rechazar la invasión japonesa, que amenazaba con someter a todo el país. El pacto funcionó durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Ante un enemigo común, el Partido Comunista supo llegar a un acuerdo con su enemigo interno.

En marzo de 1918, el gobierno soviético y el Partido Comunista de Rusia (luego de la Unión Soviética) aceptaron un tratado de paz ominoso que les impuso el imperio alemán casi a fines de la Primera Guerra Mundial. Antes de llegarse al tratado firmado en Brest-Litovsk (Polonia), se habían producido intensos debates dentro del Partido Comunista, una de cuyas facciones sostenía que era mejor “perecer por la causa del socialismo que inclinar la cabeza ante el Kaiser” (Victor Serge: El año I de la revolución rusa, cap. V). Lenin apoyó la firma del tratado para evitar que una ofensiva militar alemana, ya iniciada, acabase con el poder soviético. No puede decirse que traicionase sus principios.

Los apoyos electorales no son pactos de cogobierno, y esto es algo que los niños del Escuadrón Suicida no quieren aprender. Está bien que los suicidas se maten solos: lo malo es que pretendan llevarnos con ellos.

Ya basta de llantos y de vacilaciones. En las circunstancias que se vienen debidas al control mafioso del Congreso, lo que importa es conservar las libertades que permitirán seguir haciendo política de izquierda sin correr peligro de muerte. Estas libertades, que la mafia destruirá, permitirán que el Frente Amplio se consolide como fuerza política diaria y como alternativa de gobierno en las elecciones municipales, regionales y nacionales que vengan. Aunque no nos guste por otras razones, solamente queda votar por Pedro Pablo Kuczynski. Al día siguiente, oposición.


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