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Pareciera que la utopìa de la izquierda conducirá a algunos a la gloria

¿TIGRES VEGETARIANOS...?

Publicado: 2015-07-26

Por VICTOR EMILIO ROSAS VILLANUEVA

Jornal de requipa

Infinidad de veces se ha contado la fábula donde Martín de Porres, el santo peruano, hizo comer de un plato a perro, pericote y gato; hecho que la iglesia católica lo refiere exactamente como un milagro. Sabido es que tales animalitos pertenecen a especies distintas, cuya rivalidad suele llegar a la muerte y es cierto que gatos se alimentan de ratones. También en los circos se ofrecen espectáculos en que individuos de especies irreconciliables, alternan en roles múltiples veces repetidos. La base de tales números circenses está en la formación de reflejos condicionados, conocidos siglos antes de Iván Petrovich Pávlov y fundamentados científicamente por el sabio ruso.

La anécdota viene porque en la escena política mundial -y el Perú no es una excepción- ha surgido un fuerte movimiento ambientalista que reviste distintas formas y se manifiesta también a través de disímiles organizaciones. No está mal –muy por el contrario es muy positivo- que surjan estos movimientos que se proponen la conservación de las condiciones básicas del medio ambiente que hagan posible la supervivencia de las especies y en particular de los humanos. Muchos de estos grupos afirman que la especie humana camina al suicidio al contaminar el medio que sustenta su existencia.

El problema está en la propuesta que enarbolan para acabar con la contaminación. Y la propuesta suele estar relacionada, en muchos casos, con sospechosas ONGs que predican defender el medio pero escudando el origen de la contaminación del mismo, es decir a los contaminantes.

Es conocimiento básico de la economía que el ser humano para subsistir necesita trabajar. Al trabajar actúa sobre su medio y lo transforma. La transformación en los inicios de la humanidad y en varios modos de producción no afectaba radicalmente el equilibrio del medio ambiente, existiendo una relativa armonía entre actividad productiva humana y el ecosistema.

Cuando se desarrolla el modo de producción capitalista, la acumulación del producto del trabajo social termina cada vez en menos manos por efecto de la competencia, la plusvalía, los monopolios y la aparición del imperialismo, esto genera que las barreras “morales” de la producción social sean eliminadas. Los pueblos se someten al dominio de los grandes imperios, se saquea sin límites e indiscriminadamente sus riquezas, utilizando los medios más abyectos, peligrosos y atentatorios contra la naturaleza y el ser humano.

Luego de la segunda guerra mundial, después de Hiroshima y Nagasaki, la contaminación se ha tornado inmisericorde, las transnacionales pretenden acaparar todo el planeta con producto social y medio ambiente, el que finalmente está siendo amenazado por el calentamiento global, genuino producto del capitalismo.

¿Quién contamina? Contaminan las grandes transnacionales que son hoy la esencia del sistema capitalista. En esta época no existe capitalismo al margen de las transnacionales, y las transnacionales son sinónimo de contaminación, tanto en sus países como en los países dependientes.

Por eso hay que poner los puntos sobre las íes. Si se quiere luchar contra la contaminación, por la preservación del medio ambiente, si se quiere ser consecuente con esta noble tarea, es también necesario atacar el mal desde sus raíces: hay que acabar con el sistema capitalista. Hay que reemplazarlo urgentemente por un sistema distinto.

Proponernos tomar el poder para imponer la protección del medio ambiente conservando el sistema capitalista, es una ilusión. Aún el Papa Francisco marca a fuego: “la cobardía en la defensa de la madre tierra", calificándola de"pecado” y pide ”en nombre de Dios..., defiendan la madre tierra”. Para el jefe del catolicismo “el sistema no da para más” y “se necesita (una) economía al servicio del hombre y no de la acumulación de riqueza”.Evidentemente el Papa pide luchar a fondo contra la contaminación, contra sus causas y causantes.

Sin embargo, por otro lado, no faltan quienes proponen controlar al capitalismo desde el Estado, imponiéndole límites. Olvidan (o no saben) que el Estado es el órgano de opresión de una clase por otra, por lo tanto no es neutro, que su principal función y esencia responde a la defensa de la clase social cuyos intereses capitalistas son el origen de la contaminación. No existe Estado neutro. Y el Estado peruano representa a "nuestra" oligarquía que usa su poder para parasitar a la sociedad entera. Como decía Ricardo Palma:

Aquí la Hacienda Nacional reposa:

La alumbran cinco funerarias velas

Le chuparon la sangre, y fue a la fosa

Víctima de infinitas sanguijuelas

Quienes proponen cambar detalles del Estado como luchar contra la corrupción, el sicariato, la contaminación, etc., sin cambiar su esencia, solo pretenden maquillar el sistema. Ellos promueven una plataforma “ambientalista” pero dentro del capitalismo, conviviendo con las transnacionales que originan la contaminación, piensan, tal vez, que esas transnacionales se les someterán y terminarán de pronto negando sus intereses. O posiblemente sueñan o imaginan que existe la posibilidad de un desarrollo industrial capitalista propio dentro de este sistema donde los burgueses “nacionales” sean socios.

El Perú está viviendo los últimos días de un gobierno de propuestas incumplidas que se proponía, entre otros, desarrollar la industria nacional sin salir del sistema capitalista. Las consecuencias las estamos pagando. Ahora, otro iluminado, con fraseología “izquierdista”, con seguidores “izquierdistas”, con lema “izquierdista”, propone el milagro de eliminar la contaminación sin luchar contra el capitalismo que en definitiva es quien mantiene y alimenta las transnacionales contaminantes.

¡Que la Virgen de Chapi nos ampare!

http://www.jornaldearequipa.com/VERV_Tigres.htm


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