Por FRANCESCA EMANUELE (*)

En una reciente encuesta elaborada por Ipsos en siete principales ciudades del Perú, el 92% de los encuestados opinaron que las personas homosexuales son discriminadas en el acceso a un trabajo digno, y el 86% señalaron la existencia de discriminación en el acceso a la justicia para la comunidad LGTBI. Cuando en la encuesta se preguntó si se pensaba que una persona homosexual podía ser una buena hija o hijo, el 77% de los encuestados dijo que sí lo creía posible. Sin embargo, cuando se les preguntó si una persona homosexual podía ser una buena madre o buen padre, solo el 44% señaló que sí lo pensaba así.

El país en el que vivimos, aparentemente democrático y que forma parte de la Convención de los Derechos Humanos, discrimina efectivamente –tal como lo piensan los encuestados– a la población homosexual. La discriminación viene acompañada de una cotidiana violencia, lo que hace que el Perú no sea un lugar seguro para una persona homosexual: pocas semanas atrás, una mujer de Loreto, Pilar Fachín, fue desfigurada por su condición de lesbiana. Lamentablemente, este no es un hecho puntual.

Es así que, en el Perú, la discriminación y la situación de violencia contra la población LGTBI ha sido señalada en los dos últimos años por parte de instituciones internacionales como Naciones Unidas, a través del Comité DESC, el Comité Contra la Tortura y el Comité de Derechos Humanos. Organismos supranacionales han emitido recomendaciones apuntando la urgencia de solucionar la carencia normativa y de políticas públicas del Estado peruano, que proteja a la comunidad LGTBI.

Dentro de unos pocos días se discutirá en la Comisión de Justicia del Congreso el proyecto de ley de Unión Civil presentado por el congresista Carlos Bruce. Este busca restituir, al menos en parte, una serie de derechos negados históricamente a los y las homosexuales por el hecho de haber elegido amar a alguien del mismo sexo. De ser aprobado en la comisión para que pase al pleno del Congreso, estaríamos a puertas de que los partidos políticos expresen y demuestren el respeto hacia los derechos humanos que tanto profesan, pero que nunca han podido demostrar a esos tres millones de peruanos y peruanas que, se calcula, forman parte de la población LGTBI.

Mañana, a las tres de la tarde, en el parque Washington en Lima, se celebra la Marcha por la Igualdad: una manifestación de todxsaquellxs, que no solo queremos expresar nuestro apoyo a la Unión Civil entre personas del mismo sexo, sino que queremos compartir con Lima y el Perú que luchamos y buscamos alcanzar la igualdad de derechos para cada ciudadano y ciudadana, sean estos gays, lesbianas, transexuales o intersexuales. Otras ciudades como Arequipa, Iquitos, Pucallpa, Trujillo, Chiclayo y Ayacucho también se han sumado a la marcha.

(Tomado de "Diario 16". Viernes 11 de abril. Lima