Vicente Otta R.

                                        REFERENDUM POR CONGA

La Interculturalidad sigue invisible

Sobre el proyecto Conga, su viabilidad o no, se han dicho muchas cosas. Lo más conocido, que el rechazo de la población obedece a la pésima experiencia que ambiental y socialmente han tenido en 20 años de presencia minera con Yanacocha. Sin desconocer esta innegable verdad, queremos llamar la atención sobre la omisión del factor intercultural, presencia fundamental una vez más invisibilizada por la política de matriz cultural criolla.

La amplia y rotunda negativa de amplios sectores de la población, sobre todo campesina y rural, tiene como sustento una cosmovisión diferente a la racionalidad empresarial y estatal, sobre la relación con la naturaleza y las formas de producir bienestar económico y social. Buena parte de los argumentos de los promotores de la inversión, ya sea privados o públicos, especialmente los medios de comunicación, niegan la existencia de este factor y hacen aparecer a los opositores al proyecto como tontos e ignorantes que son manipulados groseramente por unos cuantos dirigentes que tienen una agenda propia, diferente a la de los pobladores. Agitadores sociales, radicales antimineros y gente con apetitos electoreros, serían los que  promueven la movilización social contra el proyecto Conga.

 De esta manera se invisibiliza  y niega el factor intercultural, que es la existencia de una visión de bienestar y desarrollo diferente la que sustenta el rechazo de la población. Frente a la promesa de construir dos  reservorios con mayor  cantidad de agua, los campesinos que se oponen a estas ofertas son presentados como necios  ignorantes, gente que se opone a su propio bienestar, al desarrollo y modernidad. Esta es la versión de la inclusión social, los campesinos se oponen a ser “incluidos” socialmente a la modernidad, al progreso según la concepción criolla y limeño-centrista representada por Yanacocha y sus medios de comunicación y operadores políticos, y desde el gobierno con el Premier Valdez a la cabeza.

Primero el agua después el oro, es la frase que sintetiza la forma diferente de ver la vida y pensar el bienestar económico y social que levantan los campesinos y cajamarquinos en general. En esta concepción, es inadmisible que se eliminen dos, tres o cuatro lagunas para extraer oro; cambiar el agua por el oro es algo que no cabe en la mente de quienes toda la vida, desde tiempos inmemoriales han convivido con estas lagunas, que en algunos casos tienen un sentido mágico y religioso. No solo son fuente de vida, es parte de su vida, de su entorno. Es la vida misma, su vida.

Referéndum por Conga, que el pueblo decida

 Algo incomprensible desde la lógica de la racionalidad modernizante y desarrollista que considera que la depredación ambiental para obtener grandes utilidades y beneficios económicos, es parte de los costos de la actividad minera y que se justifica porque va a beneficiar a todos. Como sabemos ese “todos” es básicamente los accionistas de Newmont-Yanacocha que son los que han obtenido las grandes utilidades: más de $ 5, 617 millones (cinco mil seiscientos diez y siete millones de dólares) desde que inició sus operaciones el año 1993, JDC, artículo del día 16.07, diario La República.

Mientras que según cifras del INE, la región Cajamarca pasó del segundo al primer grupo de regiones con mayor nivel de pobreza entre 2010 y 2011, con rangos de entre 53% y 57%. A esto hay que añadir la contaminación de aguas y terrenos (el derrame de mercurio en Choropampa, en el año 2000, es la demostración flagrante de la irresponsabilidad de la empresa).

Entonces de qué bienestar se está hablando, de beneficios para quién.

Por estas consideraciones la oposición al proyecto Conga está plenamente justificada, y si hay un mínimo de respeto por la población, por sus derechos ciudadanos, por su derecho a la interculturalidad debe convocarse al Referéndum. La negación de la existencia de pueblos y comunidades indígenas  con diferentes culturas y los derechos que esto implica se traduce en el desconocimiento de la interculturalidad, que es el sustento de la Ley de Consulta Previa. Por eso esta Ley es letra muerta, rechazado por las organizaciones representativas de los pueblos indígenas.

El referéndum regional para decidir sobre si Conga va o no va, sería una expresión de democracia, de escuchar la voz de la población, de tener en cuenta su opinión y su manera de entender el desarrollo y el bienestar social.