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Para enfrentar la voracidad del Imperio, la Integración es fundamental

INTEGRACION ANDINA: UNA NECESIDAD HISTORICA

Publicado: 2011-06-14

Integración Andina: una necesidad histórica de convergencia y aporte desde el movimiento sindical

Carlos Ortiz Cornejo[1]

“Un joven General de 36 años de edad, llama

do Simón Bolívar, dijo que nuestro destino era común y el primer deber de un gobernante, es dar al pueblo la mayor suma de felicidad posible, por eso estamos seguros que la integración regional es el mejor camino para dar a nuestros pueblos bienestar, justicia social y paz.”

El Pacto Andino es un acuerdo de integración suscrito en Cartagena de Indias en mayo de 1969 entre Colombia, Chile, Bolivia, Ecuador y Perú, al que luego se adhirió Venezuela en 1973. Este proceso surgió de la disconformidad de los gobiernos de estos países respecto a la marcha del proceso de integración bajo el régimen de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), que fuera un organismo regional existente entre 1960-1980.

Han pasado 42 años de la firma de este tratado internacional de la Comunidad Andina (CAN) que puso en marcha el proceso andino de integración. Y durante este periodo atravesó por distintas etapas y dificultades como el retiro de Chile durante la dictadura del Gral. Augusto Pinochet, en octubre de 1976; luego vino la crisis de los años 80 en América Latina y que significó para el proceso andino una parálisis casi total, subsiguientemente el 19 de abril de 2006 el Presidente Hugo Chávez anunció el retiro de la República Bolivariana de Venezuela del proceso de integración andino, señalando su voluntad de ingresar al Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

Para algunos la CAN está en crisis, enfocándose sólo en los errores sin resaltar ni menos difundir los avances que también se han obtenido con este proceso. Sin embargo, tenemos la plena certeza que en poco tiempo se pondrá en evidencia el proceso andino de integración que estamos viviendo, con un modelo que es capaz de generar consensos desde las diferencias y forjar integración desde las diversidades, y que por ende es también capaz de producir resultados concretos en favor de nuestros pueblos, como así lo aludiera el Secretario General de la CAN, Dr. Adalid Contreras, en la ceremonia por su 42º aniversario.

Más de un proceso y visión de integración al Sur

Como percibimos en los últimos años, el proceso de integración del continente americano ha experimentado una dinámica sin precedentes, porque se han multiplicado los acuerdos subregionales y bilaterales de diferente carácter y alcance. Al respecto se puede decir que se está creando un nuevo modelo de integración en América Latina, basado en la complementariedad y la cooperación efectiva, más que en rigor la competencia que implica el modelo neoliberal per se.

Las relaciones entre la CAN y el MERCOSUR, como bloques de integración que agrupan 9 de los 12 países de América del Sur, han acreditado una rápida evolución en la perspectiva de iniciar un proceso de convergencia que beneficie a los casi 350 millones de habitantes de los países miembros; y cuyos gobernantes inspirados en las declaraciones de Cusco (8 de diciembre de 2004), Brasilia (30 de septiembre de 2005) y Cochabamba (9 de diciembre de 2006) acordaron por consenso constituir el Tratado de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), entendiendo que debe ser un proceso innovador, que incluya todos los logros y lo avanzado por los procesos del MERCOSUR y la CAN, así como la experiencia de Chile, Guyana y Surinam.

La profundización de la integración regional es uno de los rasgos del proceso de reformas económicas y políticas que han venido atravesando los países de América Latina y el Caribe. Y según se observa estos procesos se basan en cuatro principios: regionalismo abierto, múltiples focos dinámicos, flexibilidad y convergencia. 

Con esta nueva visión de integración se han registrado importantes avances económicos,  pero  vemos con preocupación que aún existen grandes marginaciones en el campo social que se deben ir corrigiendo, lo que evidencia que es un proyecto histórico que sigue adelante más allá de las circunstancias coyunturales que encuentra a la CAN iniciando el desarrollo de una nueva Agenda Estratégica, y que prioriza temas como la defensa del medio ambiente, el desarrollo social, la participación ciudadana y la complementación económica, además de otras prioridades que hay que solucionar en el mediano y largo plazo. Hoy en día en la CAN somos más de 100 millones de habitantes de diversas culturas unidas por un mismo idioma, pero que al mismo tiempo hablamos cerca de 183 lenguas nativas  que se distribuyen en un territorio de casi cuatro millones de kilómetros cuadrados.

Hace poco el Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores aprobó la Decisión 745, mediante la cual se declaró el 2011 como el Año Andino de la Integración Social y que tiene como propósito promover la agenda subregional, las políticas de los Países Miembros y las iniciativas ciudadanas sobre la igualdad, la cohesión y la integración social y territorial. El artículo dos de esta Decisión hace un llamado para que los Órganos e Instituciones del Sistema Andino de Integración (SAI), como el CCLA, se vinculen a este esfuerzo común para sensibilizar, divulgar y desarrollar políticas activas de inclusión y cohesión social como medio para prevenir la pobreza y la exclusión especialmente de las personas y grupos de atención prioritaria (niños, mujeres y ancianos).

Las políticas sociales y los programas que están implementando los gobiernos de la Comunidad Andina han permitido lograr un avance significativo en el desarrollo; sin embargo, aún queda trabajar por un aproximado de 42% de ciudadanos andinos que viven en condiciones de pobreza y extrema pobreza.

La CAN y la estrategia de cohesión social y económica

La Comunidad Andina ha asumido como prioridad la construcción de la Estrategia Andina de Cohesión Económica y Social, a fin de responder a los grandes desafíos de eliminar la pobreza y lograr un desarrollo con inclusión y justicia social. Tiene como objetivo preservar los logros alcanzados y respetar la diversidad de enfoques y visiones que constituyen el fundamento de la coexistencia comunitaria.

Los objetivos son: 1) Erradicar la pobreza y reducir las desigualdades sociales, 2) Garantizar la protección y promoción de los grupos vulnerables, 3) Alcanzar la seguridad y soberanía alimentaria, 4) Garantizar la salud de la población con acceso universal a servicios de salud de calidad, 5) Garantizar la educación universal de la población con calidad y equidad, 6) Promover el pleno empleo, la inclusión económica y productiva, y el trabajo digno y decente, 7) Reducir las inequidades sociales que afectan a los pueblos indígenas y afro descendientes promoviendo su participación, 8) Afianzar la interculturalidad, la identidad andina y latinoamericana, 9) Promover el desarrollo social en las áreas deprimidas predominantemente rurales y de frontera, y 10) Incrementar la inversión social. Sin embargo, nos preocupa que estas políticas sociales se estén implementando sin la participación efectiva de las instituciones que representan a la Sociedad Civil en el SAI como son los Consejos Consultivos laboral, de pueblos indígenas, empresarial.

La CAN cuenta con normas de obligatorio cumplimiento que otorgan derechos a los ciudadanos de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, adicionales a los de su país de nacimiento, que son efectivos en todo el territorio andino donde se puede circular solo con portar su DNI, y para los países que están fuera del territorio comunitario se cuenta con el llamado Pasaporte Andino.

Debemos tener presente  además que una de las mayores fortalezas que poseen los países miembros de la CAN, es que concentran una de las mayores riquezas naturales del planeta, el 20% de la biodiversidad biológica mundial, y por ende es imperativo preservarla porque es el lugar donde vivimos.

Proceso Andino de Integración y el CCLA con las centrales sindicales

En estos avances y retrocesos del Proceso Andino de Integración, vemos con preocupación que la crisis económica ha golpeado la mayoría de las economías de los países más desarrollados y los que se encuentran en vías de desarrollo en un periodo de transformaciones profundas, con vertiginosos cambios tecnológicos en los métodos de producción, en la naturaleza y organización del trabajo, en la extracción de los recursos naturales, entre otros cambios. Siendo por  tales razones de necesidad imperiosa la integración de países en bloques para que puedan  competir y vivir en un mundo globalizado con paz y con democracias estables.

Tales cambios en los países miembros de la CAN, el caso de las y los trabajadores, perturban de manera significativa las relaciones laborales, recortando su derecho a la negociación colectiva, a la seguridad social, implementando otras modalidades de contratación laboral como la tercerización. Por lo que superar esta compleja situación económica, política y social requiere de organizaciones representativas de la Sociedad Civil, como el Consejo Consultivo Laboral Andino (CCLA), el Consejo Consultivo de Pueblos Indígenas y los pueblos Afro descendientes que se han organizado a través de una Red Afroandina.   

El CCLA fue creado el 14 de julio de1983, en el Centro Minero Siglo XX de la República de Bolivia, en cumplimiento a lo estipulado en la Decisión 176 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena. Desde esa fecha el CCLA viene participando en este proceso de integración dejando sentada la posición de las y los trabajadores frente al proceso andino de integración, y marcando distancia de los tratados de Libre Comercio que se circunscriben exclusivamente a negociaciones de carácter comercial y privilegiando el ámbito económico, impulsados por los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, entre otros.   

El CCLA es una institución consultiva del Sistema Andino de Integración (SAI) que está conformada por delegados del más alto nivel, elegidos directamente por las Centrales y Confederaciones Sindicales de cada uno de los Países Miembros. Son 17 centrales y confederaciones de la Subregión que durante estos años han emitido opiniones sobre diferentes temas ante el Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores, la Comisión y la Secretaría General de la Comunidad Andina a fin de exigir la inclusión de una agenda social andina y regional que contenga en ella las necesidades más urgentes para los trabajadores/as y nuestros pueblos, como es la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, la generación de empleo decente, la lucha para eliminar la pobreza y el trabajo infantil, la defensa del medio ambiente y de los derechos de los migrantes comunitarios, la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, entre otros problemas que aquejan a diario a los ciudadanos de los países miembros de la CAN.

No se puede evitar que la economía esté cada vez más globalizada y máxime en contexto de crisis, por eso la conformación de fuertes bloques en Europa, Asia, América del Norte y otros importantes espacios de nuestro planeta. De ahí que analizando estos sucesos el fortalecimiento de la CAN y otros procesos de América Latina son más apremiantes y dramáticos que en el pasado, ya que la integración no es solo una apelación a la historia o una simple razón de conveniencia, ahora es una cuestión vital, de la que depende la viabilidad de nuestras naciones en esta crisis económica global cuya solución no se avizora a corto plazo, y donde sin duda  el movimiento sindical es un importante actor.

 

[1] Director General del ILA 


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